Kathe Meentzen (la segunda de izquierda a derecha) en el Encuentro Nacional de Comunicadores Indígenas en el 2006.
Servindi, 6 de marzo, 2015.- Käthe Meentzen cumple esta semana 84 años y varias décadas de apoyo incondicional al movimiento indígena, y pese a su edad y los malestares de salud se mantiene muy activa en la selección y recomendación de artículos que publica Servindi.
Desde que llegó al Perú procedente de su natal Alemania, Käthe tiene como principal motivación de vida trabajar voluntariamente por el reconocimiento y la reivindicación de los derechos de los pueblos indígenas principalmente del Perú. Cada éxito, cada logro indígena lo celebra y le alegra la vida. Cada fracaso, cada caída… la acongoja y entristece.
Quienes la conocen de cerca saben que su entrega de vida ha sido total. Muy joven, desde Alemania, apoyó como activista en denunciar la intención del cineasta Werner Herzog de filmar la película Fitzcarraldo en territorio awajún, en condiciones inaceptables.
Invitada por el Consejo Aguaruna Huambisa (CAH) a inicios de la década de los 80 del siglo pasado aprendió junto con los awajún a perseverar por defender los derechos y la dignidad.
Entonces acompañó al joven líder awajún Evaristo Nugkuag al IV Tribunal Russell en 1980 en Europa, para denunciar de manera pionera la situación de abuso a los derechos humanos de los pueblos indígenas amazónicos.
De esta manera Käthe se involucra con los jóvenes dirigentes indígenas que hicieron realidad la idea de crear una gran organización que aglutine al movimiento indígena amazónico del Perú. En 1980 el sueño se volvió realidad, cuando nace la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep).
Cuatro años más tarde, en el marco de un encuentro internacional en el Perú, y nuevamente con su colaboración, se decide la creación de la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), que actualmente articula a nueve organizaciones de la región.
Su casa es un cálido lugar donde muchos líderes indígenas, varones y mujeres, tanto andinos como amazónicos, la visitan para gozar de su compañía y consejo experimentado. Ella alberga en su feliz memoria detalles de numerosos pasajes históricos de la causa indígena.
Cuando la violencia subversiva y terrorista asestó duros golpes a la población asháninka de la selva central Käthe se involucró activamente en apoyar la creación de la Comisión de Emergencia Asháninka (CEA), una instancia para socorrer a la población diezmada por Sendero Luminoso. La CEA luego dio paso a la Asociación Regional de los Pueblos Indígenas de la Selva Central (ARPI S.C.), filial de la Aidesep.
A inicios del nuevo siglo los esfuerzos de Käthe se orientaron a una finalidad principal: la comunicación intercultural. Luego de varios años de actividad voluntaria en setiembre de 2002 participa de la fundación de Servicios en Comunicación Intercultural Servindi, una asociación sin fines de lucro con el lema: “Comunicación intercultural para un mundo más humano y diverso”.
Käthe interviene activamente en el diseño del logo de Servindi dibujado por el artista shipibo Robert Rengifo “Chonomëni”, que en lengua originaria significa “el que pinta bonito”. El logo simboliza el encuentro y la unidad de los pueblos andinos y amazónicos del Perú que van hacia un nuevo amanecer con equidad, inclusión y justicia social.
Al inicio Servindi solo fue un boletín de correo electrónico con pocas informaciones sueltas recogidas principalmente de organizaciones indígenas y que se distribuía a reducidas personas. Jorge Agurto, otro de los fundadores de Servindi, recuerda que su primer envío apenas tenía alrededor de cinco direcciones de correo. Hoy son decenas de miles quienes acceden a la información de Servindi.
Luego el trabajo se profundizó con la organización de un sistema informativo con informes y textos propios redactados con enfoque crítico y ético, siempre desde la perspectiva de los derechos de los pueblos originarios.
Käthe celebrando con alegría la culminación de un taller con comunicadores indígenas en 2005
Y es que la comunicación intercultural es uno de los temas que
siempre preocupó a Käthe. Hace unos años, en un texto que escribió para
la edición especial de la revista Voz Indígena con motivo del 25
aniversario de Aidesep, ella advirtió de la necesidad de un Programa de
Comunicación para mejorar el intercambio dentro de las organizaciones y
con canales interculturales hacia afuera.Por aquellos años también advertía de la necesidad de que las organizaciones indígenas se preparen para enfrentar los desafíos exteriores que van en aumento y para lo cual se necesitan líderes indígenas bien formados y honestos.
A la par de esas palabras, Käthe no perdía la oportunidad de mantener contacto con comunicadores indígenas de diversas regiones del país. Por esto, además de los talleres que inició Servindi el 2005 ella participó de la formación de la Red de Comunicadores Indígenas del Perú (REDCIP) el 2006 en un encuentro de comunicadores de 18 regiones del país.
Mencionar los aportes que ha hecho Käthe Meentzen a favor de la lucha de los pueblos y comunidades tomaría mucho tiempo. El jueves 5 de febrero cumplió 84 años y desde el calor de su hogar en Lima, no pierde oportunidad para mantenerse activa y contribuir a la selección de información que se difunde diariamente por el sistema de comunicación Servindi.
En su larga trayectoria Käthe ha conocido a muchas personas que al igual que ella siguen en la lucha por reivindicar los derechos de los pueblos originarios. Seguramente, estas personas también recordarán aspectos de su contribución que las nuevas generaciones desconocen.
Desde aquí, el equipo de Servindi que te acompaña no tiene otra cosa que decir que: esperamos que la sigas pasando muy bien, Käthe, y celebramos que hayas decidido sembrar fuertes y poderosas raíces en el Perú.
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